Todo sobre el futbol. La liga BBVA, ADELANTE, internacionales. Futbol de Champions
lunes, 30 de enero de 2012
domingo, 29 de enero de 2012
David Zurutuza fue operado de su fractura nasal
El jugador de la Real Sociedad David Zurutuza ha sufrido un traumatismo craneoencefálico que ha provocado una fractura nasal abierta sin pérdida de conocimiento y fue intervenido este domingo en la Policlínica Gipuzkoa. La intervención quirúrgica necesaria para la sutura de la herida y la reducción de la compleja fractura nasal fue realizada por el Doctor José Manuel Santos, según informó la Real en su web.
El centrocampista, que marcó dos goles contra el Sporting (5-1), no pudo concluir el partido tras sufrir un golpe fortuito con Gregory, cabeza con cabeza, que le rompió la nariz, lo que le obligó abandonar el césped a los siete minutos de juego.
Al jugador del Sporting Gregory se le aplicaron siete puntos de sutura en la zona del arco orbital derecho, a la altura de la ceja y muy cerca de la nariz, en la denominada zona interciliar, que se los dieron en el mismo vestuario del estadio.
Jornada 21. Partidos Domingo
12:00: Real Betis 1 - 2 Granada CF
16:00: Real Sociedad 5 - 1 Sporting Gijón
16:00: Levante UD 1 - 2 Getafe CF
18:00: Racing de Santander 2 - 2 Valencia CF
21:30: Malaga CF 2 - 1 Sevilla FC
16:00: Real Sociedad 5 - 1 Sporting Gijón
16:00: Levante UD 1 - 2 Getafe CF
18:00: Racing de Santander 2 - 2 Valencia CF
21:30: Malaga CF 2 - 1 Sevilla FC
Sólo el Valencia remontó siete puntos de desventaja
El Real Madrid ganó al Zaragoza en el Bernabéu y el Barcelona pinchó en Villarreal: siete puntos de diferencia para el equipo de Mourinho, que suma 52 por los 45 de un Barcelona que está lejos pero vivo porque ganó el duelo directo en el Santiago Bernabéu. El equipo de Guardiola se está dejando la Liga fuera del Camp Nou, donde sólo ha arrancado un empate el Sevilla. Lejos de su estadio, donde en pasadas temporadas cimentó su superioridad en el torneo de la regularidad, se ha dejado en esta temporada trece puntos. Ha jugado diez partidos con cinco empates, una derrota en Getafe y sólo cuatro victorias: treinta puntos de los que ha sumado diecisiete. Además, sólo ha marcado 16 goles en esos diez partidos, un contraste brutal con los goleadas que ha logrado en su campo.
Siete puntos y dieciocho partidos por jugar, una ventaja que convierte al Real Madrid en claro favorito al título de Liga, lo que acabaría con tres años de hegemonía del Barcelona a las órdenes de Pep Guardiola. Los números también dan la razón al Real Madrid. En la historia de la Liga sólo un equipo ha remontado una diferencia tan grande. Fue en la temporada 2003/04 y fue el Valencia de Rafa Benítez precisamente ante el Real Madrid, por entonces entrenador por Carlos Queiroz. Aquel Madrid tiró por la borda ocho puntos de ventaja que había acumulado en la jornada 26.
El Real Madrid había ganado la Liga 2002/2003 con Del Bosque como entrenador. Queiroz llegó para sustituirle y aunque el equipo realizó un excelente primer tramo de temporada, todo se vino abajo tras la derrota en la final de Copa ante el Zaragoza en Montjuic y la eliminación en Champions ante el Mónaco. El Real Madrid de los 'Galácticos' se deshizo y acabó penando en la Liga. Terminó cuarto precisamente a siete del Valencia, a la postre campeón después de remontar esa ventaja. Barcelona y Deportivo también terminaron por delante del Real Madrid.
El rendimiento a domicilio del Barcelona esta temporada no admite comparación con el de la temporada pasada. En una vuelta y un partido se ha dejado trece puntos cuando en la 2010/2011 sólo perdió once puntos a domicilio, cinco en la recta final y con el campeonato ya inclinado hacia su lado. Además, al equipo de Guardiola le está costando jugar a remolque del de Mourinho. Hasta en seis ocasiones en lo que va de Liga ha 'pinchado' el Barcelona jugando después del Real Madrid.
sábado, 28 de enero de 2012
Jornada 21. Partidos Sabado
18:00: RCD Espanyol 1 - 0 RCD Mallorca
18:00: Rayo Vallecano 2 - 3 Athletic Club
20:00: Real Madrid CF 3 - 1 Real Zaragoza
22:00: Villareal CF 0 - 0 FC Barcelona
18:00: Rayo Vallecano 2 - 3 Athletic Club
20:00: Real Madrid CF 3 - 1 Real Zaragoza
22:00: Villareal CF 0 - 0 FC Barcelona
Mourinho vuelve al Bernabéu tras los pitos
futbol
primera
carrusel
Mourinho vuelve al Bernabéu tras los pitos que recibió tras el partido contra el Athletic. Su nombre siempre había sido coreado en el estadio y el domingo pasado fue la primera vez que salió pitado. El Bernabéu se mostró en desacuerdo con las últimas decisiones (el once ante el Barça en la ida de la Copa) o sus palabras ("entiendo, pero no escucho al madridismo"). Tras ese encuentro, el técnico dijo: "Hay una primera vez para todo. Zidane, Ronaldo y Cristiano han sido pitados aquí. ¿Por qué no puedo yo? No es un problema. Zidane respondió con su fútbol, Ronaldo también y Cristiano lo sigue haciendo. Yo trabajo y puede ser que un día consiga responder y puede ser que un día se queden tristes ellos". De hecho, después de ese partido dejó caer a sus íntimos que se marcha del Madrid el próximo 30 de junio. Hoy, el Bernabéu volverá a pronunciarse. En principio, y más si el resultado es positivo, será la reconciliación entre el respetable y el técnico portugués.
Después del toque de atención, la idea de la afición es volver a aplaudirle como antes. Ha gustado su reacción ante el Barça, el once por el que apostó en el Camp Nou y por cómo el equipo le jugó de tú a tú al Barça.
Afición. Además, esta tarde habrá premio de la afición al equipo. La vuelta de cuartos de Copa del Rey entre el Barcelona y el Madrid ha sido un punto de inflexión no sólo para los jugadores, que se han quitado el bloqueo que tenían con el Barca, sino también para todos los aficionados que por fin han visto cómo su equipo le ha plantado cara a los de Guardiola.
Los madridistas se harán notar y espontáneamente agradecerán el juego y el sacrificio del pasado miércoles a pesar de que el equipo cayó eliminado de la Copa. La afición demostrará que está con el Madrid y que valoran la entrega hasta el último minuto. El madridismo se siente orgulloso del partido que hicieron, entienden que la remontada fue posible y ven que es la primera vez que, en un partido, el Madrid está por encima del Barcelona.
Quedan 3.000 entradas en taquilla para el partido de hoy. Los precios van desde los 35 euros (28 para los socios) en el cuarto anfiteatro Fondo Norte o Sur a los 145 euros (116, socios) que valen las localidades de Tribuna laterales. Las taquillas y la venta telefónica estarán funcionando hoy hasta la hora del partido.
jueves, 26 de enero de 2012
Pasó el Barça, volvió el Madrid
El mejor Real Madrid de los últimos diez Clásicos perdió pero mereció ganar. Su partido fue tan grande que, a pesar de la eliminación en la Copa, rescata el orgullo del madridismo y le envía un mensaje de esperanza, pues confirma que la excelencia del Barcelona se combate con excelencia, no con fuego de morteros. Falló la suerte, es verdad, y sobró el único pedazo de Messi que se asomó al campo, bastante para fabricar el primer gol del Barça, aquella pista falsa.
El árbitro también se ofrece como excusa, y se ofrece voluntario. Sin embargo, sus errores fueron tantos y tan repartidos que cuesta mucho imaginar cómo hubiera transcurrido la historia de haber acertado en las decisiones más trascendentes. Hubo penaltis de Busquets, de Pepe, de Abidal... Lass mereció la roja. Hubo amarillas por mostrar y otras que se enseñaron tarde, también algún fuera de juego en posición legal. Por no mencionar su error más cobarde, el minuto de descuento que hurtó al Madrid para que siguiera intentando el asalto. Pero la inoperancia indiscriminada no es atraco.
Teixeira fue un patoso en medio de un partido extraordinario, plagado de sorpresas, emociones y vueltas de tuerca. Dominó el Madrid, se vio muerto y tuvo muerto al Barcelona. Quién lo hubiera pensado.
Al final de la primera parte ya lo creíamos saber todo y no sabíamos nada. Con un equipo ofensivo y con una actitud valiente, con deseos de jugar al fútbol, con Özil y Kaká sobre el campo, el Barcelona quedó a merced de su rival. Si no encajó ningún gol, si el mundo no cambió entonces, es porque el equipo de ensueño fue perdonado reiteradamente y desde el pitido inicial. A los once segundos, Higuaín aprovechó un error defensivo de Piqué y falló solo frente a Pinto. Demasiado sencillo para lo que gusta y estila. Desde ahí y hasta el minuto 42, el Madrid fue mejor, intenso en defensa y ligero en ataque, vertical, rápido y hermoso.
Agobio.
El Barça tardó mucho en encontrarse cómodo. Sus rondos se dibujaban entre cocodrilos hambrientos y no le permitían avanzar. El Madrid había apretado las líneas hasta dejar el campo útil en un pasillo de 30 metros atravesado en mitad del Camp Nou. A los lados, el abismo. Si no fuera tan provocador diríamos que el sistema se parecía mucho al que desplegó Pellegrini hace dos temporadas.
Cristiano puso a prueba a Pinto con la misma flecha que le clavó en el Bernabéu, pero esta vez al portero no le fallaron los reflejos, ni el escudo. Después vinieron dos córners seguidos que fueron dos pánicos a balón parado. A continuación resonó la escuadra y enmudeció el estadio. El zurdazo de Özil fue brutal e inesperado. El tiro lo tenía todo: deseo, precisión, maldad. Todo, menos suerte. El balón pegó en el palo, botó en la raya y salió huyendo.
La prueba de la revolución era el silencio. Cuando el Barça tocaba la pelota ya no sonaba el Bolero de Ravel, ese crescendo hipnótico que caracteriza su fútbol. Cómo sería el nerviosismo y el escalofrío, que Guardiola escupió al suelo y no recogió con una bolsita los restos orgánicos.
Higuaín volvió a tener bajo su dedo el botón rojo, pero volvió a fallar ante Pinto, ambos al borde un ataque de nervios. Sin que el Barça se recuperara del susto, cayó Iniesta. Los astros parecían alineados en favor del Madrid.
Genio.
Hasta que apareció Messi, ausente y somnoliento en los minutos anteriores. Impulsado por su única musa despierta, el argentino tomó un balón sin espoleta y lo fue cargando de pólvora. Después, asistió a Pedro, relevo de Iniesta. El gol era real, pero parecía ficción, pues no tenía conexión alguna con lo que estaba sucediendo. El Madrid creyó que una pedrada le había caído del cielo. Pero era peor: era el adelanto de un meteorito. Tras un barullo que debió significar la expulsión de Lass, Alves enganchó un balón perdido y asesinó a la araña que vive en la cruceta.
Cualquier otro equipo se hubiera dado por muerto. Pero no el Madrid. La ambición con la que regresó del descanso fue el mayor de sus méritos y gran responsabilidad le corresponde a Mourinho. No esperaba eso el Barcelona. Imaginó que el miedo había terminado, que la eliminatoria estaba resuelta, el enemigo rendido. Se equivocó la paloma.
A los ocho minutos fue anulado un gol de Ramos por falta a Alves y después de un empuje incesante no hubo quien anulara el gol de Cristiano, inventado por Özil. El Madrid estaba a dos goles del milagro. A uno cuando marcó Benzema, exquisito, tras ajustarle un sombrero a Puyol.
Es difícil imaginar un partido más emocionante que el que nos dejó el empate. El Madrid se lanzó a por la victoria con el corazón desbocado y el puñal entre los dientes. El Barcelona resistió contra las cuerdas, también honorable y guerrero, pero defensivo. Pasó uno y cedió el otro. Pero la gloria se reparte a partes iguales. Y eso es un cambio.
miércoles, 25 de enero de 2012
Cuartos de final copa del rey. Partidos Miercoles
20:00: Mallorca 0 - 1 Athletic Club
22:00: FC Barcelona 2 - 2 Real Madrid
22:00: FC Barcelona 2 - 2 Real Madrid
Pablo Infante: "Ahora queremos al Athletic"
Pablo Infante, uno de los héroes del Mirandés, equipo de Segunda B que se ha clasificado para las semifinales de la Copa del Rey, señaló hoy a EFE que prefieren como rival en esa ronda al Athletic Club.
"Estamos esperando rival, y a ver si es el Athletic o el Mallorca. Todo el mundo por cercanía quiere el Athletic", dijo Infante, director de una sucursal de banco en la localidad burgalesa de Quincoces de Yuso.
"Por tradición e historia San Mamés llama mucho, y tenemos muchos compañeros del País Vasco. No hay lugar a dudas en cuanto al enfrentamiento que deseamos", añadió.
Infante se mostró impresionado por la relevancia que se ha dado a la clasificación del Mirandés tras eliminar a tres equipos de Primera División. "Uno no está acostumbrado a esta repercusión en los medios de comunicación, y lo estamos viviendo como un auténtico sueño, y ojalá nos cueste despertarnos de este sueño y se alargue lo máximo posible", dijo.
"El Mirandés ya ha hecho historia", continuó, "nunca había hecho unas semifinales de la Copa del Rey y por primera vez en sus 85 años lo va a conseguir".
Pablo Infante recordó que el encuentro contra el Espanyol de ayer martes, "fue un partido con muchísima emoción".
"Anteriormente habíamos tenido una ocasión muy clara que no supimos materializar y yo pensé, ''se nos ha ido aquí la eliminatoria y el pase a semifinales''. Y cuando en el último minuto sacamos una falta y mi amigo Cesar Caneda logró meter ese testarazo, fue una apoteosis, la gente saltando, vibrando", relató.
"Había que amarrar los últimos minutos para que transcurrieran lo antes posible y mantener ese resultado que nos permitiera el pase", dijo Infante, que señaló como clave el apoyo de la afición. "Llevo siete años aquí y sé de lo que es capaz, y no solo en los momentos buenos. El año pasado cuando nos llevamos un palo muy duro en Guadalajara hubo mas de tres mil personas en el parque apoyándonos. Era cuando verdaderamente los necesitas, cuando te has caído y por eso se pudo comprobar como era la afición", comentó.
Pablo Infante señaló que él no pudo celebrar la clasificación a semifinales como le hubiera gustado. "Los compañeros se quedaron a cenar ayer y habrán tomado alguna que otra copa. Yo me tuve que marchar porque tenía que trabajar por la mañana y no quedaba otra que descansar un poquito para afrontar el día en condiciones", dijo.
domingo, 22 de enero de 2012
Jornada 1. Partidos Domingo
12:00: Osasuna 1 - 1 Valencia
16:00: Rayo Vallecano 0 - 1 RCD Mallorca
18:00: Malaga 1 - 4 FC Barcelona
19:45: Levante - Zaragoza
21:00: Real Madrid - Athletic club
16:00: Rayo Vallecano 0 - 1 RCD Mallorca
18:00: Malaga 1 - 4 FC Barcelona
19:45: Levante - Zaragoza
21:00: Real Madrid - Athletic club
El derbi de los abrazos no deja contento a nadie
Tres años después, Betis y Sevilla se fundieron en un abrazo. Sólo de esta manera se puede hablar de un partido que merecieron ganar los visitantes por juego y que los locales tuvieron en la palma de la mano al jugar 20 minutos con uno más y quejarse de alguna que otra decisión arbitral más. Se esfumaron ocasiones, superiodidades y penaltis reclamados y la cosa se quedó en tablas. Se podía decir que todos quedaron contentos pero la sensación, más bien, es que ninguno salió con una sonrisa de esta rentrée.
La posesión, salvo en los minutos en que faltó Fazio, fue del Sevilla. Papeles cambiados desde el inicio, con un Betis agazapado y un equipo de Nervión en pos del partido, con Reyes haciendo diabluras entre líneas. Qué maravilla de futbolista el utrerano, que bien le ha hecho a Marcelino. Qué bueno el que decidió ficharle (Monchi). Gracias a sus jugadas y sus pases de categoría la tuvieron Negredo, dos veces antes de marcar, y sobre todo Luna, en un uno contra uno que abortó Casto, inspirado excepto en el empate. El Betis buscaba el contragolpe y la suerte, algún balón cercano, y en una de esas, tras un sinfín de córners botados por el equipo sevillista, Beñat puso una falta lejos de Javi Varas. ¿Hay dudas de que el vasco es el mejor futbolista de este Betis?
Quedaban 45 minutos, mucho miedo y respeto entre ambos. Mel y Marcelino se tantearon, en los cambios y en la táctica, hasta que la expulsión de Fazio adjudicó los papeles definitivos. Betis al ataque, Sevilla a resistir. Pozuelo la tuvo, también Beñat. Pero el que más la tuvo fue Velasco, a quien reclamaron un claro (parece) penalti de Cáceres a Molina. No pasó nada y el partido se marchó a los vestuarios sin que mucho más pasara. El derbi de los abrazos terminó con el resultado más amistoso.MEL
La posesión, salvo en los minutos en que faltó Fazio, fue del Sevilla. Papeles cambiados desde el inicio, con un Betis agazapado y un equipo de Nervión en pos del partido, con Reyes haciendo diabluras entre líneas. Qué maravilla de futbolista el utrerano, que bien le ha hecho a Marcelino. Qué bueno el que decidió ficharle (Monchi). Gracias a sus jugadas y sus pases de categoría la tuvieron Negredo, dos veces antes de marcar, y sobre todo Luna, en un uno contra uno que abortó Casto, inspirado excepto en el empate. El Betis buscaba el contragolpe y la suerte, algún balón cercano, y en una de esas, tras un sinfín de córners botados por el equipo sevillista, Beñat puso una falta lejos de Javi Varas. ¿Hay dudas de que el vasco es el mejor futbolista de este Betis?
Gol de Negredo.
No era justo, pero los derbis suelen poner la justicia al final. El Sevilla siguió a lo suyo, poniéndole cerco a la portería bética, con Reyes mereciendo un empate que al final llegó. Jugada del utrerano por el centro, pase a la derecha para Navas y éste, al área. Negredo, solo como la una, a la red.Quedaban 45 minutos, mucho miedo y respeto entre ambos. Mel y Marcelino se tantearon, en los cambios y en la táctica, hasta que la expulsión de Fazio adjudicó los papeles definitivos. Betis al ataque, Sevilla a resistir. Pozuelo la tuvo, también Beñat. Pero el que más la tuvo fue Velasco, a quien reclamaron un claro (parece) penalti de Cáceres a Molina. No pasó nada y el partido se marchó a los vestuarios sin que mucho más pasara. El derbi de los abrazos terminó con el resultado más amistoso.MEL
El detalle: locura enel sevilla
12.000 personas acudieron al entrenamiento del Sevilla ayer por la mañana, en el que repartieron zumo y pasteles.miércoles, 18 de enero de 2012
El final de siempre
Los partidos entre el Real Madrid y el Barcelona se han convertido en el gran escaparate en el que el equipo de Pep Guardiola exhibe todas sus virtudes ante el mundo y el de Mourinho todos sus defectos y limitaciones. Algo que empieza en el banquillo. Es una cuestión de estilo. El del Barcelona consiste en tratar de exagerar sus virtudes, en aprovechar al máximo sus recursos, en intentar crecer a partir del balón, la referencia de todo, el elemento en el que se apoyan para crecer y para ganar. El estilo de este Madrid de Mourinho no sabemos cuál es. Nos resistimos a admitir que sea encerrarse en su campo, como acuden los equipos más pequeños y limitados al Bernabéu, amontonar nueve jugadores delante de Casillas esperando que un error del rival, un ataque aislado, un golpe de fortuna lo justifique todo. El Madrid no era eso.
El Madrid no puede tener a Pepe como referencia futbolística de una plantilla brillantísima. La imagen del Madrid también es la que proyecta Pepe simulando agresiones y pisando una mano de Messi con el juego parado. El lustroso pasado del club, la arrolladora personalidad con la que construyó su brillante historia no merece la imagen que transmitió el Madrid en este Clásico. El penúltimo episodio de este duelo eterno que sonrojó a unos y justificó el camino elegido hace tiempo por el rival.
Y es que el Barcelona estuvo donde se esperaba, hizo lo que sabe hacer, y lo hace muy bien. No sorprendió a nadie y se marchó del Bernabéu quizá con más de media eliminatoria asegurada. Y no tanto por el 1-2 final, sino por la abrumadora superioridad moral y futbolística, a la que ha contribuido tanto el propio Barça como el Madrid. Cuestión de estilo.
Mourinho tiene todo lo que quiere, disfruta de más poder del que hayan tenido todos sus predecesores juntos, cuenta con la que posiblemente es la mejor plantilla de la historia reciente del Madrid, pero todo ello no le alcanza para superar al Barcelona, que sólo dobló la rodilla en la final de Copa, lo que supuso un título, que no es poca cosa.
Lo primera era saber cómo se iban a situar los jugadores sobre el césped. Lo siguiente, ver la actitud de unos y otros. Suele haber pocas dudas sobre la actitud, la predisposición del Barcelona al afrontar los partidos. Una vez vista la sorprendente alienación, con Altintop y Carvalho en ella y Pepe en el centro del campo, tampoco había muchas dudas de cuál iba a ser el comportamiento del Madrid, que despreció el balón y se lo entregó al Barcelona sin ningún disimulo.
Mourinho amontonó a sus jugadores delante de Casillas. Primero, una línea de cuatro, sorprendente a inédita: Altintop, Carvalho, Ramos y Coentrao. Después, Pepe, a su derecha Xabi Alonso y a su izquierda Lass. Abierto en la banda derecha apareció Benzema y situado junto a la línea izquierda estuvo Cristiano para formar una línea de cinco cuando el Barcelona tuvo el balón, es decir, casi siempre. El más adelantado, o el menos atrasado, fue Higuaín.
Xabi Alonso, Pepe y Lass salieron a buscar a cada jugador del Barcelona en posesión del balón. Lo sufrieron Xavi, Cesc y Messi, principalmente y en menor medida Iniesta, que situó su campo de operaciones más cerca de Casillas.
El Madrid defendió por acumulación. Todos se entregaron en defensa, bien juntos, replegándose con rapidez, cerrando espacios que el Barça se tuvo que fabricar porque el Madrid se los negó hasta que los hombres de Guardiola repararon en la presencia de Altintop y Carvalho en la parte derecha de la defensa del Madrid. El Barça encontró ahí la puerta de entrada al paraíso. Pero para llegar ahí tuvo que sufrir. Tuvo que ganárselo. El Madrid prefirió esperar muy atrás, cuando siempre que se decidió a efectuar una presión adelantada, el Barça tuvo enormes problemas para comenzar a elaborar.
Esa fue la variante táctica que eligió esta vez Mourinho para intentar derrotar a Guardiola. Acumuló nueve hombres entre Casillas e Higuaín, con Pepe como referencia del equipo en el centro del campo; trató de entorpecer los movimientos del Barça cerca de Casillas; despreció la posesión del balón y fió todo su ataque al contragolpe, el único argumento ofensivo del Madrid. El problema fue que para ejecutarlo, sus jugadores debían recorrer 60 metros.
Con toda esa pradera por recorrer era el momento de que Cristiano luciera sus cualidades. Entregado a la defensa, a tapar las entradas de Alves, más que a exhibirse en ataque, Cristiano, en todo el primer tiempo, sólo se pareció al Cristiano que le gusta al público una vez. Y fue gol. El resto del tiempo fue el Cristiano que le gusta a Mourinho. Se habían consumido 11 minutos cuando Benzema montó una contra con un fenomenal pase a Cristiano, que le ganó la espalda a Alves, superó por velocidad a Piqué y batió a Pinto bajo las piernas. El portero pudo hacer más, mucho más.
El Barcelona no se inquietó con el gol. Siguió con la defensa de cuatro, con Busquets, Xavi y Cesc en el centro del campo y Alexis, Messi e Iniesta arriba. Se quedó con el balón que le entregó el Madrid, que desapareció en ataque. Apareció Iniesta con un tiro que desvió Casillas; surgió la cabeza de Alexis para cabecear al poste después de un genial pase de Cesc y, en la única ocasión en la que se le vio en el primer tiempo, Messi exigió la mejor versión de Casillas. Esta vez no hubo dudas y la diferencia estuvo en la portería.
Entre medias, Pepe dejó su primer regalo. Un pisotón a Busquets que le costó la tarjeta amarilla. Nada comparable con el lamentable espectáculo que ofreció en la segunda parte, cuando simuló una agresión de Cesc y pisó una mano a Messi con el juego parado. Lo aderezó todo con un fallo de marcaje que permitió a Puyol empatar de cabeza nada más salir de los vestuarios. Otro córner pésimamente defendido por el Madrid, y ya van unos cuantos esta temporada, y un nuevo gol en contra.
Acarició el gol Iniesta después de una jugada con Cesc. Entre Ramos y el poste lo evitaron. Como evitó el palo que un cabezazo de Benzema se convirtiera en el segundo del Madrid, con Pinto de nuevo a verlas venir.
Con su castillo de arena desmoronado, Mourinho reestructuró el equipo. Retiró a Lass y a Higuaín, que se hartaron de correr detrás de los rivales, y dio entrada a Özil y Callejón. Lo que sucedió poco después fue que Messi se inventó un pase para que Abidal estableciera el 1-2 definitivo. Altintop estaba fuera de posición, porque de sitio estuvo todo el encuentro, y Carvalho reclamó un fuera de juego que él mismo rompía.
Ese gol puso una alfombra roja hacia la siguiente ronda al Barcelona y acabó con los argumentos de un Madrid que sigue buscando su sitio.
El Madrid no puede tener a Pepe como referencia futbolística de una plantilla brillantísima. La imagen del Madrid también es la que proyecta Pepe simulando agresiones y pisando una mano de Messi con el juego parado. El lustroso pasado del club, la arrolladora personalidad con la que construyó su brillante historia no merece la imagen que transmitió el Madrid en este Clásico. El penúltimo episodio de este duelo eterno que sonrojó a unos y justificó el camino elegido hace tiempo por el rival.
Y es que el Barcelona estuvo donde se esperaba, hizo lo que sabe hacer, y lo hace muy bien. No sorprendió a nadie y se marchó del Bernabéu quizá con más de media eliminatoria asegurada. Y no tanto por el 1-2 final, sino por la abrumadora superioridad moral y futbolística, a la que ha contribuido tanto el propio Barça como el Madrid. Cuestión de estilo.
Mourinho tiene todo lo que quiere, disfruta de más poder del que hayan tenido todos sus predecesores juntos, cuenta con la que posiblemente es la mejor plantilla de la historia reciente del Madrid, pero todo ello no le alcanza para superar al Barcelona, que sólo dobló la rodilla en la final de Copa, lo que supuso un título, que no es poca cosa.
Lo primera era saber cómo se iban a situar los jugadores sobre el césped. Lo siguiente, ver la actitud de unos y otros. Suele haber pocas dudas sobre la actitud, la predisposición del Barcelona al afrontar los partidos. Una vez vista la sorprendente alienación, con Altintop y Carvalho en ella y Pepe en el centro del campo, tampoco había muchas dudas de cuál iba a ser el comportamiento del Madrid, que despreció el balón y se lo entregó al Barcelona sin ningún disimulo.
Mourinho amontonó a sus jugadores delante de Casillas. Primero, una línea de cuatro, sorprendente a inédita: Altintop, Carvalho, Ramos y Coentrao. Después, Pepe, a su derecha Xabi Alonso y a su izquierda Lass. Abierto en la banda derecha apareció Benzema y situado junto a la línea izquierda estuvo Cristiano para formar una línea de cinco cuando el Barcelona tuvo el balón, es decir, casi siempre. El más adelantado, o el menos atrasado, fue Higuaín.
Xabi Alonso, Pepe y Lass salieron a buscar a cada jugador del Barcelona en posesión del balón. Lo sufrieron Xavi, Cesc y Messi, principalmente y en menor medida Iniesta, que situó su campo de operaciones más cerca de Casillas.
El Madrid defendió por acumulación. Todos se entregaron en defensa, bien juntos, replegándose con rapidez, cerrando espacios que el Barça se tuvo que fabricar porque el Madrid se los negó hasta que los hombres de Guardiola repararon en la presencia de Altintop y Carvalho en la parte derecha de la defensa del Madrid. El Barça encontró ahí la puerta de entrada al paraíso. Pero para llegar ahí tuvo que sufrir. Tuvo que ganárselo. El Madrid prefirió esperar muy atrás, cuando siempre que se decidió a efectuar una presión adelantada, el Barça tuvo enormes problemas para comenzar a elaborar.
Esa fue la variante táctica que eligió esta vez Mourinho para intentar derrotar a Guardiola. Acumuló nueve hombres entre Casillas e Higuaín, con Pepe como referencia del equipo en el centro del campo; trató de entorpecer los movimientos del Barça cerca de Casillas; despreció la posesión del balón y fió todo su ataque al contragolpe, el único argumento ofensivo del Madrid. El problema fue que para ejecutarlo, sus jugadores debían recorrer 60 metros.
Con toda esa pradera por recorrer era el momento de que Cristiano luciera sus cualidades. Entregado a la defensa, a tapar las entradas de Alves, más que a exhibirse en ataque, Cristiano, en todo el primer tiempo, sólo se pareció al Cristiano que le gusta al público una vez. Y fue gol. El resto del tiempo fue el Cristiano que le gusta a Mourinho. Se habían consumido 11 minutos cuando Benzema montó una contra con un fenomenal pase a Cristiano, que le ganó la espalda a Alves, superó por velocidad a Piqué y batió a Pinto bajo las piernas. El portero pudo hacer más, mucho más.
El Barcelona no se inquietó con el gol. Siguió con la defensa de cuatro, con Busquets, Xavi y Cesc en el centro del campo y Alexis, Messi e Iniesta arriba. Se quedó con el balón que le entregó el Madrid, que desapareció en ataque. Apareció Iniesta con un tiro que desvió Casillas; surgió la cabeza de Alexis para cabecear al poste después de un genial pase de Cesc y, en la única ocasión en la que se le vio en el primer tiempo, Messi exigió la mejor versión de Casillas. Esta vez no hubo dudas y la diferencia estuvo en la portería.
Entre medias, Pepe dejó su primer regalo. Un pisotón a Busquets que le costó la tarjeta amarilla. Nada comparable con el lamentable espectáculo que ofreció en la segunda parte, cuando simuló una agresión de Cesc y pisó una mano a Messi con el juego parado. Lo aderezó todo con un fallo de marcaje que permitió a Puyol empatar de cabeza nada más salir de los vestuarios. Otro córner pésimamente defendido por el Madrid, y ya van unos cuantos esta temporada, y un nuevo gol en contra.
Acarició el gol Iniesta después de una jugada con Cesc. Entre Ramos y el poste lo evitaron. Como evitó el palo que un cabezazo de Benzema se convirtiera en el segundo del Madrid, con Pinto de nuevo a verlas venir.
Con su castillo de arena desmoronado, Mourinho reestructuró el equipo. Retiró a Lass y a Higuaín, que se hartaron de correr detrás de los rivales, y dio entrada a Özil y Callejón. Lo que sucedió poco después fue que Messi se inventó un pase para que Abidal estableciera el 1-2 definitivo. Altintop estaba fuera de posición, porque de sitio estuvo todo el encuentro, y Carvalho reclamó un fuera de juego que él mismo rompía.
Ese gol puso una alfombra roja hacia la siguiente ronda al Barcelona y acabó con los argumentos de un Madrid que sigue buscando su sitio.
Copa del rey. Miercoles 18 enero
20:00: Athletic 2 - 0 Mallorca
22:00: Real Madrid 1 - 2 FC Barcelona
22:00: Real Madrid 1 - 2 FC Barcelona
Otro Clásico: la Copa en juego y la moral también
Después de siete Clásicos en menos de un año podemos afirmar que para ganar al Barcelona se necesita su colaboración. Y el Barça, en alguna medida, la ofrece. Digamos que en su enorme virtud se localiza una pequeña debilidad. El empeño por salir jugando, hasta cuando lo desaconseja el sentido común, presenta un riesgo que se multiplica con la presión del Real Madrid. No nos faltan los ejemplos. El gol que encajó en su última visita al Bernabéu (error de Víctor Valdés al querer imitar a Xavi) es la fiel representación de una obsesión que también alcanza al portero. La primera parte de la final de Copa supone la demostración más duradera. Durante 45 minutos, el Barça fue asfixiado por su rival sin que hiciera nada por salvarse. El patadón es pecado y, por lo que se vio en Valencia, pecado mortal.
Cuando nos referimos a la presión el concepto es amplio y no sólo físico. Al Barça se le presiona mordiendo, pero también jugando al fútbol. Así le superó, en tramos prolongados, el Madrid de la Supercopa y el de la vuelta de la pasada Champions. También aquel Madrid que en la pasada Liga supo colgarse del Bernabéu para igualar un gol de Messi, ustedes recordarán.
Mediocampo. Si profundizamos en la pizarra, cualquier análisis, por básico que resulte, reconoce la superioridad del Barcelona en el centro del campo. Y más que una superioridad numérica es una superioridad posicional, casi filosófica. Mientras el Madrid se maneja con medios tan ordenados que parecen atravesados por la barra de un futbolín, el Barcelona despliega una coreografía de la que participan Xavi, Busquets, Iniesta, Messi, Fàbregas y Alves. Y esto cuando no se arranca Piqué.
Considerar a Pepe como antídoto contra ese ballet tiene una parte de leyenda, pero también de verdad. Su presencia en el centro del campo incomoda mucho al Barça, casi tanto como empaña la imagen del Madrid. Pepe corta, pega y empuja a su propio equipo y al rival, nadie lo duda. Sin embargo, su reubicación descubre un preocupante sentimiento de inferioridad que no se habrá corregido en un año. Recurrir a Pepe es, en el fondo, como recurrir a Romerito, el mismo símbolo: el intento desesperado por combatir al eterno enemigo con algo distinto y ligeramente extravagante.
Habrá que aclarar, antes de proseguir, que Mourinho no dio pistas sobre su equipo. Sólo confirmó la convocatoria del renqueante Di María, que apenas tiene opciones de entrar en el campo. En otra de sus respuestas enunció todos los reproches que espera de la prensa si no gana el partido, lo que nos hace pensar que hoy, más que nunca, será fiel a sus instintos (no siempre lo ha sido en los Clásicos). Es decir, trivote con Pepe, Lass o Coentrao, según quede fijado el lateral derecho (no descarten a Ramos en esa posición). Y arriba, Cristiano, Benzema y tal vez Callejón, más intenso que Özil.
El Barcelona se entrenó en la tarde de ayer y en la mañana de hoy aterrizará en Madrid. Si no se esperan alteraciones reseñables en el once es porque Guardiola no tiene mucho donde elegir (están lesionados Fontàs, Pedro, Villa y Afellay; Keita se lo pierde por jugar la Copa de África).
La presencia de Pinto como guardameta copero es el único factor de distorsión en un equipo impecable. Y no sólo pesa sobre él la comparación con Valdés, también el gol de Cristiano en la final de Copa, foto que el madridismo utiliza a modo de estampita. La titularidad de Pinto es una concesión que jamás ofrecería Mourinho alineando a Adán. Otra vez el Barça como esclavo de su intachable filosofía.
Cracks. Apuntar que Messi no llega bien al partido parece tan peligroso como escupir contra los Alisios. Hasta en sus más desafortunadas visitas al Bernabéu ha resultado decisivo. No se puede decir lo mismo de Cristiano, también gris en los últimos encuentros. Su asignatura pendiente sigue estando en los grandes partidos en general y en los duelos contra el Barça en particular. Hoy podría ser su noche (ya le toca manifestarse), aunque le favorece poco que Mourinho le declare su favorito con tan escaso disimulo.
El último debate trasciende la Copa y se centra en sus posibles efectos. Según esa perspectiva, el Barcelona ve peligrar lo material: a esta Copa incierta tiene que añadir una Liga cuesta arriba. Lo que pone en juego el Madrid no es plata, sino ánimo. Si tampoco gana hoy sentirá que ya no puede ganar nunca. Y nunca es demasiado tiempo.
Cuando nos referimos a la presión el concepto es amplio y no sólo físico. Al Barça se le presiona mordiendo, pero también jugando al fútbol. Así le superó, en tramos prolongados, el Madrid de la Supercopa y el de la vuelta de la pasada Champions. También aquel Madrid que en la pasada Liga supo colgarse del Bernabéu para igualar un gol de Messi, ustedes recordarán.
Mediocampo. Si profundizamos en la pizarra, cualquier análisis, por básico que resulte, reconoce la superioridad del Barcelona en el centro del campo. Y más que una superioridad numérica es una superioridad posicional, casi filosófica. Mientras el Madrid se maneja con medios tan ordenados que parecen atravesados por la barra de un futbolín, el Barcelona despliega una coreografía de la que participan Xavi, Busquets, Iniesta, Messi, Fàbregas y Alves. Y esto cuando no se arranca Piqué.
Considerar a Pepe como antídoto contra ese ballet tiene una parte de leyenda, pero también de verdad. Su presencia en el centro del campo incomoda mucho al Barça, casi tanto como empaña la imagen del Madrid. Pepe corta, pega y empuja a su propio equipo y al rival, nadie lo duda. Sin embargo, su reubicación descubre un preocupante sentimiento de inferioridad que no se habrá corregido en un año. Recurrir a Pepe es, en el fondo, como recurrir a Romerito, el mismo símbolo: el intento desesperado por combatir al eterno enemigo con algo distinto y ligeramente extravagante.
Habrá que aclarar, antes de proseguir, que Mourinho no dio pistas sobre su equipo. Sólo confirmó la convocatoria del renqueante Di María, que apenas tiene opciones de entrar en el campo. En otra de sus respuestas enunció todos los reproches que espera de la prensa si no gana el partido, lo que nos hace pensar que hoy, más que nunca, será fiel a sus instintos (no siempre lo ha sido en los Clásicos). Es decir, trivote con Pepe, Lass o Coentrao, según quede fijado el lateral derecho (no descarten a Ramos en esa posición). Y arriba, Cristiano, Benzema y tal vez Callejón, más intenso que Özil.
El Barcelona se entrenó en la tarde de ayer y en la mañana de hoy aterrizará en Madrid. Si no se esperan alteraciones reseñables en el once es porque Guardiola no tiene mucho donde elegir (están lesionados Fontàs, Pedro, Villa y Afellay; Keita se lo pierde por jugar la Copa de África).
La presencia de Pinto como guardameta copero es el único factor de distorsión en un equipo impecable. Y no sólo pesa sobre él la comparación con Valdés, también el gol de Cristiano en la final de Copa, foto que el madridismo utiliza a modo de estampita. La titularidad de Pinto es una concesión que jamás ofrecería Mourinho alineando a Adán. Otra vez el Barça como esclavo de su intachable filosofía.
Cracks. Apuntar que Messi no llega bien al partido parece tan peligroso como escupir contra los Alisios. Hasta en sus más desafortunadas visitas al Bernabéu ha resultado decisivo. No se puede decir lo mismo de Cristiano, también gris en los últimos encuentros. Su asignatura pendiente sigue estando en los grandes partidos en general y en los duelos contra el Barça en particular. Hoy podría ser su noche (ya le toca manifestarse), aunque le favorece poco que Mourinho le declare su favorito con tan escaso disimulo.
El último debate trasciende la Copa y se centra en sus posibles efectos. Según esa perspectiva, el Barcelona ve peligrar lo material: a esta Copa incierta tiene que añadir una Liga cuesta arriba. Lo que pone en juego el Madrid no es plata, sino ánimo. Si tampoco gana hoy sentirá que ya no puede ganar nunca. Y nunca es demasiado tiempo.
lunes, 16 de enero de 2012
Xavi: "Este año los árbitros nos perjudican más"
El jugador de Barcelona, Xavi Hernández, ha reconocido que este año los colegiados les perjudican más que otros años: "Los árbitros a veces nos benefician y otros nos perjudican. El penalti del Espanyol, ayer otro penalti... Este año nos perjudican más que nos benefician, pero otros años no ha sido así. Son gajes del oficio, están para tomar decisiones muy muy rápidas y es normal. No nos queremos quejar, simplemente la realidad es esa".
En cuanto al partido del miércoles ante el Real Madrid, Xavi ha reconocido que jugarán al ataque: "No sabemos especular, intentamos y jugamos al ataque, queremos dominar y hacer goles. Es lo que ves en cada partido, un juego alegre y vistoso en ataque. Cuantos más goles hagamos fuera de casa, mejor. Iremos a jugar con nuestra filosofía, porque no sabemos jugar de otra manera que no sea esta. Me gusta jugar en el Bernabéu y en estadios grandes, bonitos, históricos. Es un campo especial para mí y para todos los barcelonistas. Tiene un plus de motivación que hace que el partido sea más tenso, más intenso. Me gusta".
"Como siempre son partidos muy intensos, creo que el Madrid está jugando más de tú a tú y nos presiona más arriba. No sé cómo afrontarán ellos el partido, nosotros seguiremos como siempre", añade.
Pero no tiene miedo a perder ante el máximo rival: "Espero que no perdamos pronto ante ellos, evidentemente, de nosotros también depende, tantos partidos, alguno pasará, pero espero que sea lo más tarde posible. Llegamos en un buen momento para competir y esperemos que la derrota llegue lo más tarde posible. Pero algún día llegará, seguro. Estamos confiados de que las cosas van a salir bien y mentalizados para competir. Están a un muy buen nivel y nos motiva mucho jugar contra ellos. Vamos a ir a tope a por esta eliminatoria".
Y reconoce que estos partidos les gustan especialmente: "Estos partidos siempre motivan, ayer íbamos ganando, parecía que habíamos sentenciado, el Betis hizo un gran partido. Bajamos un poco el pistón y el Betis tiene equipo para hacerte daño como nos hizo".
Pero subraya que el resultado será muy importante para el resto de la temporada: "No sé qué pasará, pero sería un golpe anímico importante el ganar o el perder en la Copa. Intentaremos ir a competir y a pasar la eliminatoria y con el objetivo de ganar esta Copa. Ya veremos quién gana y en qué estado anímico estamos".
A la hora de elegir un Clásico de los que han disputado los últimos años, Xavi no duda: "El 5-0, no por el resultado si no por la superioridad del equipo, no tuvieron posesión, ni ocasiones. El 2-6 también, pero el 5-0 es la excelencia de lo que es el Barça".
También ha hablado sobre Messi y Busquets: "Leo siempre está ahí para marcar la diferencia. Estos partidos nos gustan a todos y a él especialmente. Siempre es decisivo, pero estos partidos se le dan especialmente bien". Y continúa: "Es injusto porque Busquets debería estar en el 11 donde estuvimos algunos. Es un jugador extraordinario, se equivoca poco, nos da un equilibrio brutal, con defensa de 4, de 3. Es más valorado que el resto. Él sabe que le valoramos mucho desde dentro y eso es lo más importante que tiene que saber él".
Y de Cristiano Ronaldo, afirma: "Creo que son dinámicas, todos los delanteros van a rachas y a veces entra el balón y a veces, no. Es un futbolista capacitado para marcar, marcar la diferencia y hacer goles, claro".
Hablando sobre la Liga, en la que llevan cinco puntos menos que el Real Madrid, Xavi dice: "El año pasado se nos dieron mejor los partidos fuera de casa, pero no hay una teoría sobre esto. Tenemos que empezar a ganar de tres en tres. Nos gustaría estar por delante, evidentemente. No podemos fallar más, tenemos que seguir ganando y esperar un pinchazo de ellos".
Por último, Xavi ha reconocido que no sabe si Pinto jugará el miércoles en el Bernabéu: "El entrenador es el que decide, él es el que tiene la potestad para decidir quién juega y quién no. Así lo tienen hablado con Víctor Valdés también. Normalmente juega Pinto la Copa".
En cuanto al partido del miércoles ante el Real Madrid, Xavi ha reconocido que jugarán al ataque: "No sabemos especular, intentamos y jugamos al ataque, queremos dominar y hacer goles. Es lo que ves en cada partido, un juego alegre y vistoso en ataque. Cuantos más goles hagamos fuera de casa, mejor. Iremos a jugar con nuestra filosofía, porque no sabemos jugar de otra manera que no sea esta. Me gusta jugar en el Bernabéu y en estadios grandes, bonitos, históricos. Es un campo especial para mí y para todos los barcelonistas. Tiene un plus de motivación que hace que el partido sea más tenso, más intenso. Me gusta".
"Como siempre son partidos muy intensos, creo que el Madrid está jugando más de tú a tú y nos presiona más arriba. No sé cómo afrontarán ellos el partido, nosotros seguiremos como siempre", añade.
Pero no tiene miedo a perder ante el máximo rival: "Espero que no perdamos pronto ante ellos, evidentemente, de nosotros también depende, tantos partidos, alguno pasará, pero espero que sea lo más tarde posible. Llegamos en un buen momento para competir y esperemos que la derrota llegue lo más tarde posible. Pero algún día llegará, seguro. Estamos confiados de que las cosas van a salir bien y mentalizados para competir. Están a un muy buen nivel y nos motiva mucho jugar contra ellos. Vamos a ir a tope a por esta eliminatoria".
Y reconoce que estos partidos les gustan especialmente: "Estos partidos siempre motivan, ayer íbamos ganando, parecía que habíamos sentenciado, el Betis hizo un gran partido. Bajamos un poco el pistón y el Betis tiene equipo para hacerte daño como nos hizo".
Pero subraya que el resultado será muy importante para el resto de la temporada: "No sé qué pasará, pero sería un golpe anímico importante el ganar o el perder en la Copa. Intentaremos ir a competir y a pasar la eliminatoria y con el objetivo de ganar esta Copa. Ya veremos quién gana y en qué estado anímico estamos".
A la hora de elegir un Clásico de los que han disputado los últimos años, Xavi no duda: "El 5-0, no por el resultado si no por la superioridad del equipo, no tuvieron posesión, ni ocasiones. El 2-6 también, pero el 5-0 es la excelencia de lo que es el Barça".
También ha hablado sobre Messi y Busquets: "Leo siempre está ahí para marcar la diferencia. Estos partidos nos gustan a todos y a él especialmente. Siempre es decisivo, pero estos partidos se le dan especialmente bien". Y continúa: "Es injusto porque Busquets debería estar en el 11 donde estuvimos algunos. Es un jugador extraordinario, se equivoca poco, nos da un equilibrio brutal, con defensa de 4, de 3. Es más valorado que el resto. Él sabe que le valoramos mucho desde dentro y eso es lo más importante que tiene que saber él".
Y de Cristiano Ronaldo, afirma: "Creo que son dinámicas, todos los delanteros van a rachas y a veces entra el balón y a veces, no. Es un futbolista capacitado para marcar, marcar la diferencia y hacer goles, claro".
Hablando sobre la Liga, en la que llevan cinco puntos menos que el Real Madrid, Xavi dice: "El año pasado se nos dieron mejor los partidos fuera de casa, pero no hay una teoría sobre esto. Tenemos que empezar a ganar de tres en tres. Nos gustaría estar por delante, evidentemente. No podemos fallar más, tenemos que seguir ganando y esperar un pinchazo de ellos".
Por último, Xavi ha reconocido que no sabe si Pinto jugará el miércoles en el Bernabéu: "El entrenador es el que decide, él es el que tiene la potestad para decidir quién juega y quién no. Así lo tienen hablado con Víctor Valdés también. Normalmente juega Pinto la Copa".
domingo, 15 de enero de 2012
Jornada 19. Partidos Domingo
12:00: Atletico de Madrid 3 - 0 Villareal
16:00: Atletico Osasuna 0 - 1 Racing de Santander
18:00: Athletic Club 3 - 0 Levante19:45: Sporting de Gijon 2 - 1 Malaga CF
21:30: FC Barcelona 4 - 2 Real Betis
Higuaín anda suelto
Higuaín fue el protagonista, pero Mourinho escribió y dirigió la película. Lo de la escritura no es metáfora. Logrado el segundo gol, el técnico repartió entre los futbolistas anotaciones a modo de chuletas. Parte del contenido de los papelitos lo descubrió el entrenador en conferencia de prensa y se resume así: "Váyanse atrás y no se dejen marcar un gol, caballeros". Los jugadores cumplieron a rajatabla. No hay como ser educado y poner las instrucciones por escrito.
Una vez más el entrenador volvió a tener una participación clave (casi demiúrgica) en la reacción y la victoria. De nuevo pudimos comprobar que Mourinho no hace cambios: lo suyo son zapateados, revoleras dignas de Raphael, representaciones teatrales de su descontento. Más que sustituir piezas, reemplaza estados de ánimo. Es innegable su capacidad para tocar el orgullo de los futbolistas. También su alianza con la fortuna. Con la fortuna de tener a Higuaín, quiero decir.
El delantero al que llaman Pipita (apodo inapropiado por escasamente feroz) entró en la segunda mitad en sustitución de Lass. Tan importante como la variación táctica fue el gesto. Después de una primera parte penosa sin mejor oportunidad que un cabezazo al poste de Sergio Ramos en el minuto 44, el Madrid anunciaba carga ligera. Por delante, cuatro atacantes entre los que estaba Cristiano según el acta del partido; por detrás, Xabi y Özil.
Congelemos la imagen de la caballería y pasemos ahora al Mallorca. Completó una primera parte impecable y la ganó con todo merecimiento. En la segunda mitad su única obsesión fue conservar el marcador y el resultado es que perdió con toda justicia. La única duda es saber si su renuncia a la pelota fue totalmente voluntaria (voluntad de Caparrós, se entiende) o estuvo provocada por la repentina voracidad del Madrid. Nos inclinaremos por los tonos grises.
Cuatro caras. La consecuencia es que ayer no vimos a dos equipos, sino a cuatro. La primera versión del Mallorca fue digna de Mourinho. Equipo de presión asfixiante, directo y batallador. Mil balones robados y otros tantos regalados por el Madrid sin oponer resistencia. Arriba, dos escopetas: Chori, flecha conocida, y Hemed, falso tronco y falso lento. Del primero nació la asistencia y del segundo el testarazo que valió el primer gol. Del Madrid, sin noticia.
Tras el descanso salieron otros veintidós, incluido Higuaín. Los del Mallorca jugaron con el etéreo objetivo de pillar una contra. Los de Mourinho a vencer o morir. El resultado es que el Madrid fue ganando metros hasta arrinconar a su rival. Sin jugadas primorosas, pero con la machacona insistencia de quien no piensa abandonar. El talento hizo lo demás. E Higuaín. En la primera pared con fundamento (con Özil), marcó. A quien diga que tuvo suerte habrá que responderle que la suerte también se suda.
A siete del final, el hombretón llamado Pipita porfió por un balón improbable y provocó la carambola que propició el gol de Callejón. Otra vez la suerte, dirán. Ja. Aunque el Mallorca quiso recuperar el balón ya era demasiado tarde. Logró la pelota, pero los papelitos ya los tenía el Madrid. De puño y letra de Mourinho. Sobre todo de puño.
Una vez más el entrenador volvió a tener una participación clave (casi demiúrgica) en la reacción y la victoria. De nuevo pudimos comprobar que Mourinho no hace cambios: lo suyo son zapateados, revoleras dignas de Raphael, representaciones teatrales de su descontento. Más que sustituir piezas, reemplaza estados de ánimo. Es innegable su capacidad para tocar el orgullo de los futbolistas. También su alianza con la fortuna. Con la fortuna de tener a Higuaín, quiero decir.
El delantero al que llaman Pipita (apodo inapropiado por escasamente feroz) entró en la segunda mitad en sustitución de Lass. Tan importante como la variación táctica fue el gesto. Después de una primera parte penosa sin mejor oportunidad que un cabezazo al poste de Sergio Ramos en el minuto 44, el Madrid anunciaba carga ligera. Por delante, cuatro atacantes entre los que estaba Cristiano según el acta del partido; por detrás, Xabi y Özil.
Congelemos la imagen de la caballería y pasemos ahora al Mallorca. Completó una primera parte impecable y la ganó con todo merecimiento. En la segunda mitad su única obsesión fue conservar el marcador y el resultado es que perdió con toda justicia. La única duda es saber si su renuncia a la pelota fue totalmente voluntaria (voluntad de Caparrós, se entiende) o estuvo provocada por la repentina voracidad del Madrid. Nos inclinaremos por los tonos grises.
Cuatro caras. La consecuencia es que ayer no vimos a dos equipos, sino a cuatro. La primera versión del Mallorca fue digna de Mourinho. Equipo de presión asfixiante, directo y batallador. Mil balones robados y otros tantos regalados por el Madrid sin oponer resistencia. Arriba, dos escopetas: Chori, flecha conocida, y Hemed, falso tronco y falso lento. Del primero nació la asistencia y del segundo el testarazo que valió el primer gol. Del Madrid, sin noticia.
Tras el descanso salieron otros veintidós, incluido Higuaín. Los del Mallorca jugaron con el etéreo objetivo de pillar una contra. Los de Mourinho a vencer o morir. El resultado es que el Madrid fue ganando metros hasta arrinconar a su rival. Sin jugadas primorosas, pero con la machacona insistencia de quien no piensa abandonar. El talento hizo lo demás. E Higuaín. En la primera pared con fundamento (con Özil), marcó. A quien diga que tuvo suerte habrá que responderle que la suerte también se suda.
A siete del final, el hombretón llamado Pipita porfió por un balón improbable y provocó la carambola que propició el gol de Callejón. Otra vez la suerte, dirán. Ja. Aunque el Mallorca quiso recuperar el balón ya era demasiado tarde. Logró la pelota, pero los papelitos ya los tenía el Madrid. De puño y letra de Mourinho. Sobre todo de puño.
Jornada 19. Partidos Sabado
18:00: Zaragoza 1 - 1 Getafe
18:00: Granada 1 - 2 Rayo Vallecano
18:00: Sevilla 0 - 0 Espanyol
20:00: Mallorca 1 - 2 Real Madrid
22:00: Valencia CF 0 - 1 Real Sociedad
18:00: Granada 1 - 2 Rayo Vallecano
18:00: Sevilla 0 - 0 Espanyol
20:00: Mallorca 1 - 2 Real Madrid
22:00: Valencia CF 0 - 1 Real Sociedad
martes, 10 de enero de 2012
Copa del rey Miercoles 11
20:00: Levante UD - Alcorcón
21:00: RCD Espanyol - Córdoba
22:00: Sevilla CF - Valencia CF
21:00: RCD Espanyol - Córdoba
22:00: Sevilla CF - Valencia CF
El Mirandés gana por calidad
Un equipo de Segunda B se ha clasificado para cuartos de final de la Copa del Rey. Pero, ojo, que nadie piense que estamos hablando del típico ejemplo de conjunto voluntarioso que a base de coraje, suerte y correr más que el rival pega la campanada. Que va. El Mirandés ha superado al Racing porque es mejor. Aclaro, no quiero decir que, en esta eliminatoria 'ha estado' mejor. No, después de 180' se puede afirmar que 'es' mejor. En Anduva le dio un repaso a los suplentes y anoche, en El Sardinero, a los titulares. Como el mes pasado lo hizo con el Villarreal. Que se prepare el siguiente.
Lo demostrado empíricamente en esta eliminatoria es todo un expediente x. ¿Quién ficha en este equipo? ¿Cómo es posible que una colección de jugadores desconocidos fichados aquí y allá y que en la mayoría de los casos no han destacado en ninguna de las grandes canteras del fútbol español sean tan buenos técnicamente? Puedes entender que estén mejor trabajados tácticamente, que sean más veloces o más intensos que un Primera (cosas todas ellas evidentes otra vez ayer), pero no que tengan muchísima más clase. Y la tienen.
Control. El Mirandés tardó apenas cinco minutos en serenarse y hacerse con el control del partido. Colocación y toque. El Racing tuvo la suerte de marcar en la primera ocasión en que pisó el área rival y a punto estuvo de cambiar la historia de la eliminatoria. Los de Pouso acusaron el golpe y estuvieron diez minutos contra las cuerdas. Ahí sí tuvieron suerte de que Iturralde (ya con tripita) se comiera dos penaltis. Como luego, en la segunda parte, se inventó la expulsión de Bernardo. Da igual, no se va a hablar del árbitro porque el Mirandés fue mejor y mereció pasar. Eso sí, el penalti con el que Pablo empató el partido sí que fue. Como una casa. Ni Iturralde se podía equivocar esta vez.
Lo demostrado empíricamente en esta eliminatoria es todo un expediente x. ¿Quién ficha en este equipo? ¿Cómo es posible que una colección de jugadores desconocidos fichados aquí y allá y que en la mayoría de los casos no han destacado en ninguna de las grandes canteras del fútbol español sean tan buenos técnicamente? Puedes entender que estén mejor trabajados tácticamente, que sean más veloces o más intensos que un Primera (cosas todas ellas evidentes otra vez ayer), pero no que tengan muchísima más clase. Y la tienen.
Control. El Mirandés tardó apenas cinco minutos en serenarse y hacerse con el control del partido. Colocación y toque. El Racing tuvo la suerte de marcar en la primera ocasión en que pisó el área rival y a punto estuvo de cambiar la historia de la eliminatoria. Los de Pouso acusaron el golpe y estuvieron diez minutos contra las cuerdas. Ahí sí tuvieron suerte de que Iturralde (ya con tripita) se comiera dos penaltis. Como luego, en la segunda parte, se inventó la expulsión de Bernardo. Da igual, no se va a hablar del árbitro porque el Mirandés fue mejor y mereció pasar. Eso sí, el penalti con el que Pablo empató el partido sí que fue. Como una casa. Ni Iturralde se podía equivocar esta vez.
Copa del rey Martes 10
20:00 Mallorca 6 - 1 Real Sociedad
21:00 Racing de Santander 1 - 1 Mirandes
22:00 Malaga 0 - 1 Real Madrid
21:00 Racing de Santander 1 - 1 Mirandes
22:00 Malaga 0 - 1 Real Madrid
domingo, 8 de enero de 2012
Jornada 18. Partidos del Domingo
12:00: Rayo vallecano 2 - 1 Sevilla
16:00: Getafe 0 - 0 Athletic club
18:00: Villareal 2 - 2 Valencia
19:45: Real Betis 2 - 0 Real Sporting
21:30: RCD Espanyol 1 - 1 FC Barcelona
16:00: Getafe 0 - 0 Athletic club
18:00: Villareal 2 - 2 Valencia
19:45: Real Betis 2 - 0 Real Sporting
21:30: RCD Espanyol 1 - 1 FC Barcelona
sábado, 7 de enero de 2012
Benzema toma el mando del líder
futbol
primera
carrusel
El Real Madrid sumó su decimocuarta victoria liguera tras endosarle un holgado 5-1 al Granada en el Santiago Bernabéu. Los de Mourinho se mantienen firmes en el liderato y duermen a seis puntos del Barcelona, a la espera del resultado culé mañana en el derbi catalán ante el Espanyol. El equipo blanco se adelantó poco después del cuarto de hora con un tanto de Benzema. El cuadro andaluz, que dio una muy buena imagen durante toda la primera mitad, empató tan sólo tres minutos después con un gol de cabeza de Mikel Rico. Sergio Ramos volvió a poner en ventaja a los suyos antes del descanso. Los tantos de Higuaín, Benzema y Cristiano Ronaldo tras el intermedio sentenciaron el partido.Tal y como era previsible y sin resquicio alguno para sorpresas, el Real Madrid se hizo con el dominio absoluto del balón desde el pitido inicial. Los de Mourinho, en un alarde de intensidad y agresividad, buscaron sin descanso la portería del Granada protagonizando acercamientos peligrosos en las primeras acciones del partido. Un remate forzado de Cristiano Ronaldo y un remate de cabeza desviado de Sergio Ramos significaron los primeros apuros de los de Fabri que, por aquel entonces, centraban sus esfuerzos en mantenerse bien colocados atrás y en acumular gente en la medular para dificultar la creación del juego a Özil y Xabi Alonso.
La superioridad blanca indicaba con claridad que el gol era cuestión de tiempo. Y así fue. Rebasado el cuarto de hora de encuentro, una acción iniciada por Marcelo en la que intervinieron Cristiano Ronaldo y Özil acabó llegando a los pies de Benzema tras una carambola para que el delantero francés pusiera en ventaja a los suyos con total merecimiento. Acto seguido, Khedira tuvo una buena ocasión para poner más tierra de por medio, pero su disparo franco lo detuvo Roberto sin demasiados problemas.
El Granada, que mientras tanto seguía mostrándose tenaz y ordenado, comenzó a desperezarse con varias internadas por las bandas. La reacción andaluza no tardó en obtener su premio. Tan sólo tres minutos después del primer tanto, Uche se deshizo con brillantez de Marcelo para centrar desde la derecha y que Mikel Rico devolviera las tablas al marcador con un remate de cabeza que sorprendió a Casillas. El golpe recibido dejó tocado al Real Madrid, que permitió al Granada disfrutar de sus mejores minutos cuando se cumplía la primera media hora. Los locales, obsesionados con llegar siempre tocando y elaborando quizá en exceso, vieron como Casillas se enfundaba el traje de héroe para evitar el segundo tanto de Mikel Rico con una gran intervención.
Los hombres de Fabri, que supieron esperar y trabajar a destajo en defensa, protagonizaron varios acercamientos con peligro de forma consecutiva al área rival, al que lograban llegar con mucha gente. Cuando peor estaba el Real Madrid y mejor estaba el Granada, Sergio Ramos deshizo el entuerto marcando el segundo de los suyos en el que fue su tercer remate de cabeza de la noche. Se llegó al descanso con ventaja mínima, a la vez que justa, para el líder de la Liga ante un muy buen Granada que demostró saber estar y dio la cara en todo momento.
El segundo tiempo comenzó sin cambios y de forma inmejorable para el Real Madrid. A los dos minutos de la reanudación, la defensa del Granada, gran baluarte andaluz durante los primeros cuarenta y cinco minutos, falló y los de Mourinho no dudaron en aprovecharlo. La zaga rojiblanca se mostró blanda e inocente en una jugada en la que el balón recorrió toda el área para acabar en los pies de Higuaín, que resolvió de forma precisa subiendo el tercer gol blanco al electrónico. Sin tiempo para que el equipo nazarí asimilara el mazazo, un dinámico e incisivo Benzema sentenció el encuentro pinchando el balón con maestría tras un pase largo de Özil y resolviendo aún mejor ante Roberto. El delantero francés fue sustituido por Callejón instantes después de su segunda diana por unas molestias en el tobillo derecho.
Los cambios efectuados por Fabri para reactivar a sus jugadores sirvieron de bien poco. El equipo andaluz, que en el segundo acto perdió el gran nivel defensivo que le permitió irse vivo al descanso, continuó intentando reducir diferencias sin éxito. Cristiano Ronaldo, desacertado durante gran parte del partido, cerró la cuenta con el quinto en los instantes finales. El Real Madrid, en el que Altintop disputó los minutos finales en sustitución de Higuaín, logró una victoria que le permite mantenerse firme en el liderato y dormir a seis puntos del Barcelona, a la espera de lo que el conjunto azulgrana haga este domingo en el derbi catalán ante el Espanyol.
Jornada 18. Partidos del Sabado
18:00: Racing de Santander 1 - 0 Zaragoza
18:00: Levante UD 0 - 0 RCD Mallorca
18:00: Real Sociedad 0 - 0 CA Osasuna
20:00: Real Madrid 5 - 1 Granada CF
22:00: Malaga 0 - 0 Atletico de Madrid
18:00: Levante UD 0 - 0 RCD Mallorca
18:00: Real Sociedad 0 - 0 CA Osasuna
20:00: Real Madrid 5 - 1 Granada CF
22:00: Malaga 0 - 0 Atletico de Madrid
Benzema al comando ante un buen Granada
Hasta el martes, el Madrid era un equipo en paz deportiva y ambiental con los bíceps de Popeye y la única cicatriz del Barça. Desde la visita del Málaga ha vuelto el ruido, ese zumbido de alternador que fue banda sonora de la pasada temporada. Pese a la remontada en la Copa, las declaraciones de Mourinho contra los jugadores (propias de un anticuado profesor o de la institutriz de Heidi) prendieron un fuego que Casillas confirmó y ayer se volvió a avivar. De los tres sustituidos en el descanso, Arbeloa se quedó fuera de la lista y Kaká calentará banquillo. Sólo Callejón se salva de la quema.
La prueba de que algo ocurre es que Coentrao tampoco entró en la convocatoria. Las razones son otras y las explica en la página 6 Manu Sainz. Sin embargo, es inevitable recordar la entrevista que concedió durante la Navidad a Record, donde confesó que no se sintió cómodo jugando contra el Barça de lateral derecho.
En caso de que Fabriciano González Penelas (Fabri) haya llegado a esta línea es fácil que sonría irónicamente (gallegamente). Si las cuitas del rival tienen que ver con las almas susceptibles, las suyas se relacionan con la pura supervivencia. A cinco puntos de Europa y a cuatro del descenso, el Granada tiene la misión de contener un tsunami sin perder la credibilidad que tanto le ha costado ganar. Lo intentará con el ánimo de haber ganado ya en el Pizjuán y San Mamés.
Dicho esto, el Granada es un equipo que sabe jugar sobre brasas, habilidad que, en compañía de la afición (5.000 wallys), le ayudará bastante. No pierdan de vista al trío Uche, Ighalo y Dani Benítez, pero tampoco a Siqueira, lateral zurdo muy brasileño.
En el Madrid, Khedira, Özil y Benzema regresan para demostrar que al Madrid sólo le hacía falta una sacudida, un puñado de hombres inmunes a los dulces navideños o, simplemente, a la Navidad.
La prueba de que algo ocurre es que Coentrao tampoco entró en la convocatoria. Las razones son otras y las explica en la página 6 Manu Sainz. Sin embargo, es inevitable recordar la entrevista que concedió durante la Navidad a Record, donde confesó que no se sintió cómodo jugando contra el Barça de lateral derecho.
En caso de que Fabriciano González Penelas (Fabri) haya llegado a esta línea es fácil que sonría irónicamente (gallegamente). Si las cuitas del rival tienen que ver con las almas susceptibles, las suyas se relacionan con la pura supervivencia. A cinco puntos de Europa y a cuatro del descenso, el Granada tiene la misión de contener un tsunami sin perder la credibilidad que tanto le ha costado ganar. Lo intentará con el ánimo de haber ganado ya en el Pizjuán y San Mamés.
Idea.
Su plan es el de tantos: evitar el contragolpe del Madrid. Como si fuera sencillo. La trampa en el Bernabéu es que la misma valentía que te salva (tener el balón) te acaba matando (porque te lo roban). Al Málaga se le puede preguntar cómo llegar al 70'; más allá es terreno inexplorado.Dicho esto, el Granada es un equipo que sabe jugar sobre brasas, habilidad que, en compañía de la afición (5.000 wallys), le ayudará bastante. No pierdan de vista al trío Uche, Ighalo y Dani Benítez, pero tampoco a Siqueira, lateral zurdo muy brasileño.
En el Madrid, Khedira, Özil y Benzema regresan para demostrar que al Madrid sólo le hacía falta una sacudida, un puñado de hombres inmunes a los dulces navideños o, simplemente, a la Navidad.
miércoles, 4 de enero de 2012
martes, 3 de enero de 2012
Benzema revive al campeón
Cuando pasen las horas, el Málaga se dará cuenta de que ha conseguido mucho en el Bernabéu: marcar dos goles y perder por uno, llegar vivo y a tiro de gol de poner en jaque mate al campeón de Copa. Para firmarlo vistos sus antecedentes y los de casi cualquiera que pasa por Chamartín. Cuando pasen las horas, reposen las emociones y se valore todo con la mesura que no tuvo un partido loco y abracadabrante, un partido con pedigrí de Copa. Pero en caliente, entre calambres y moratones, seguro que lamenta la resolución de un partido que ganaba 0-2 en el minuto 68.
Cuando pasen las horas, el Real Madrid se dará cuenta de que hizo un primer tiempo muy cuestionable, que encajó dos goles en dos córners mal defendidos, que protestó más de lo que jugó y acumuló más tarjetas que remates con peligro. Y se dará cuenta de que el 3-2 convertirá La Rosaleda en una piscina llena de tiburones en la que tendrá que hilar fino ante un rival que busca un triunfo sobre el que construir todo un proyecto, la piedra sobre la que se edifique un futuro que a veces, pasa con frecuencia, titubea.
Cuando pasen las horas, los dos equipos pensarán en qué acertaron y dónde se suicidaron. Los dos lo hicieron, lo uno y lo otro. Seguramente ni Real Madrid ni Málaga estén del todo felices ni del todo infelices con el resultado. Así es el deporte, así es el fútbol y así es la Copa del Rey, un torneo único y maravilloso cuando ofrece partidos así de descarnados y así de dislocados. Con detalles brillantes y errores estruendosos, con épica y taquicardias, con las distancias acortadas y tambores retumbando mientras todos se ven obligados a elegir: ser cazador o presa, comensal o parte del menú.
La sonrisa de Pellegrini
El primer tiempo del partido -año nuevo, vida nueva- rompió cualquier guión previsto. El Málaga, un equipo elegante pero titubeante en defensa y sin dinamita física, a priori un rival ideal para el Real Madrid, capeó los primeros minutos, controló el juego desde su trinchera defensiva, conservó el balón hasta donde pudo y tuvo la efectividad de la que normalmente presume su rival: dos goles en dos córners, los dos pésimamente defendidos por el Real Madrid, los dos bien rematados por Sergio Sánchez y Demichelis.
El Real Madrid se quedó en un barullo poco edificante. Presionó mal y robó muy atrás, se hizo horriblemente espeso en la elaboración y buscó atajos que siempre pasaban por el balón largo y los movimientos individuales. Sólo Callejón buscaba el espacio pero sus viajes al centro dejaban sin banda derecha a un equipo fiado a las acciones de un Cristiano que terminó desenfocado. Xabi entró poco en juego, Kaká retrocedió demasiados metros y Lass fue metralla sin control cerca del área de un Málaga que resistió impertérrito y que sólo achicó agua con cara de susto en los últimos minutos, un entremés que anunciaba el segundo plato. Un aviso para navegantes.
Revolución, pegada... y Benzema
El segundo tiempo fue un empacho, un tiovivo. El Málaga tiró por tierra en dos minutos su excelente trabajo de más de una hora. Entre el 68 y el 70, Khedira avanzó y marcó por coraje e Higuaín aprovechó un regalo de Sergio Sánchez, de héroe a villano (así fue el partido), que creía ceder a Caballero cuando en realidad asistía al Pipa. Benzema marcó el tercero y pudo marcar el cuarto, Cristiano tuvo una tonelada de remates, todos al limbo, y el Málaga dejó escapar un par de contras y acabó descosido y superado, rezando por mantener un 3-2 que un suspiro antes era un resultado horrible (así fue el partido).
La revolución del campeón de Copa, que pasó por un órdago serio, se puede analizar por atmósfera o por pequeños detalles, por la épica de las remontadas del Bernabéu y los noventa minutos demasiado largos o por el cambio de Isco, un demonio que reventó el sistema defensivo del Real Madrid hasta que dejó el campo... instantes antes del 1-2 y después de que Van Nistelrooy se fuera entre la ovación cerrada del Bernabéu, a punto de perder la paciencia pero incapaz de perder la memoria con el que fue uno de los suyos.
Pero la remontada hay que analizarla sobre todo en clave de fútbol: Mourinho, por lo demás enredado en peleas fútiles con Teixeira, interpretó el cogotazo del primer tiempo y movió de un plumazo a Callejón, Kaká y Arbeloa. Puso a Lass de lateral y a Özil, Benzema y Khedira en el campo. Y el Real Madrid comenzó a carburar con más Xabi, con las conducciones de Özil, con movilidad y el campo ensanchado y con las dos bandas bien trabajadas. Percutió a conciencia, a veces por juego y a veces por corazón. Pero llegó y llegó, un oleaje que finalmente resquebrajó el muro del Málaga y que tuvo como centro neurálgico a Benzema, que estuvo en todos los ataques de su equipo, se asoció, cayó a las bandas, jugó en la media punta, marcó el tercero y redefinió el juego de ataque del Real Madrid. Con él, todos parecieron mejores quizá con la excepción de un Cristiano enfrentado con los hados.
El Real Madrid estuvo a punto de quedar grogui y también de dejar el pase casi sentenciado. El Málaga pasó del paraíso a la lona y la eliminatoria sólo ha vivido su primer capítulo. Así son los huesos de la Copa y eso es lo que hace grande al fútbol: la tozudez del Málaga por no ser una víctima propiciatoria, la del Real Madrid por defender la corona que le costó sangre, sudor y lágrimas. Así son estos partidos, así es la Copa y ahí queda un brindis para la vuelta: un marcador ajustado, un Real Madrid sobre aviso, un Málaga en busca de un triunfo que lo cambie todo. Pellegrini, Van Nistelrooy, Cristiano, Cazorla, Mourinho... Morbo, emoción y fútbol. Que nadie se lo pierda.
Cuando pasen las horas, el Real Madrid se dará cuenta de que hizo un primer tiempo muy cuestionable, que encajó dos goles en dos córners mal defendidos, que protestó más de lo que jugó y acumuló más tarjetas que remates con peligro. Y se dará cuenta de que el 3-2 convertirá La Rosaleda en una piscina llena de tiburones en la que tendrá que hilar fino ante un rival que busca un triunfo sobre el que construir todo un proyecto, la piedra sobre la que se edifique un futuro que a veces, pasa con frecuencia, titubea.
Cuando pasen las horas, los dos equipos pensarán en qué acertaron y dónde se suicidaron. Los dos lo hicieron, lo uno y lo otro. Seguramente ni Real Madrid ni Málaga estén del todo felices ni del todo infelices con el resultado. Así es el deporte, así es el fútbol y así es la Copa del Rey, un torneo único y maravilloso cuando ofrece partidos así de descarnados y así de dislocados. Con detalles brillantes y errores estruendosos, con épica y taquicardias, con las distancias acortadas y tambores retumbando mientras todos se ven obligados a elegir: ser cazador o presa, comensal o parte del menú.
La sonrisa de Pellegrini
El primer tiempo del partido -año nuevo, vida nueva- rompió cualquier guión previsto. El Málaga, un equipo elegante pero titubeante en defensa y sin dinamita física, a priori un rival ideal para el Real Madrid, capeó los primeros minutos, controló el juego desde su trinchera defensiva, conservó el balón hasta donde pudo y tuvo la efectividad de la que normalmente presume su rival: dos goles en dos córners, los dos pésimamente defendidos por el Real Madrid, los dos bien rematados por Sergio Sánchez y Demichelis.
El Real Madrid se quedó en un barullo poco edificante. Presionó mal y robó muy atrás, se hizo horriblemente espeso en la elaboración y buscó atajos que siempre pasaban por el balón largo y los movimientos individuales. Sólo Callejón buscaba el espacio pero sus viajes al centro dejaban sin banda derecha a un equipo fiado a las acciones de un Cristiano que terminó desenfocado. Xabi entró poco en juego, Kaká retrocedió demasiados metros y Lass fue metralla sin control cerca del área de un Málaga que resistió impertérrito y que sólo achicó agua con cara de susto en los últimos minutos, un entremés que anunciaba el segundo plato. Un aviso para navegantes.
Revolución, pegada... y Benzema
El segundo tiempo fue un empacho, un tiovivo. El Málaga tiró por tierra en dos minutos su excelente trabajo de más de una hora. Entre el 68 y el 70, Khedira avanzó y marcó por coraje e Higuaín aprovechó un regalo de Sergio Sánchez, de héroe a villano (así fue el partido), que creía ceder a Caballero cuando en realidad asistía al Pipa. Benzema marcó el tercero y pudo marcar el cuarto, Cristiano tuvo una tonelada de remates, todos al limbo, y el Málaga dejó escapar un par de contras y acabó descosido y superado, rezando por mantener un 3-2 que un suspiro antes era un resultado horrible (así fue el partido).
La revolución del campeón de Copa, que pasó por un órdago serio, se puede analizar por atmósfera o por pequeños detalles, por la épica de las remontadas del Bernabéu y los noventa minutos demasiado largos o por el cambio de Isco, un demonio que reventó el sistema defensivo del Real Madrid hasta que dejó el campo... instantes antes del 1-2 y después de que Van Nistelrooy se fuera entre la ovación cerrada del Bernabéu, a punto de perder la paciencia pero incapaz de perder la memoria con el que fue uno de los suyos.
Pero la remontada hay que analizarla sobre todo en clave de fútbol: Mourinho, por lo demás enredado en peleas fútiles con Teixeira, interpretó el cogotazo del primer tiempo y movió de un plumazo a Callejón, Kaká y Arbeloa. Puso a Lass de lateral y a Özil, Benzema y Khedira en el campo. Y el Real Madrid comenzó a carburar con más Xabi, con las conducciones de Özil, con movilidad y el campo ensanchado y con las dos bandas bien trabajadas. Percutió a conciencia, a veces por juego y a veces por corazón. Pero llegó y llegó, un oleaje que finalmente resquebrajó el muro del Málaga y que tuvo como centro neurálgico a Benzema, que estuvo en todos los ataques de su equipo, se asoció, cayó a las bandas, jugó en la media punta, marcó el tercero y redefinió el juego de ataque del Real Madrid. Con él, todos parecieron mejores quizá con la excepción de un Cristiano enfrentado con los hados.
El Real Madrid estuvo a punto de quedar grogui y también de dejar el pase casi sentenciado. El Málaga pasó del paraíso a la lona y la eliminatoria sólo ha vivido su primer capítulo. Así son los huesos de la Copa y eso es lo que hace grande al fútbol: la tozudez del Málaga por no ser una víctima propiciatoria, la del Real Madrid por defender la corona que le costó sangre, sudor y lágrimas. Así son estos partidos, así es la Copa y ahí queda un brindis para la vuelta: un marcador ajustado, un Real Madrid sobre aviso, un Málaga en busca de un triunfo que lo cambie todo. Pellegrini, Van Nistelrooy, Cristiano, Cazorla, Mourinho... Morbo, emoción y fútbol. Que nadie se lo pierda.
Copa del rey Martes 3
20:00: Albacete 0 - 0 Athletic de Bilbao
21:00: Alcorcón 2 - 1 Levante
21:00: Mirandés 2 - 0 Racing de Santande
22:00: Real Madrid 3 - 2 Málaga
21:00: Alcorcón 2 - 1 Levante
21:00: Mirandés 2 - 0 Racing de Santande
22:00: Real Madrid 3 - 2 Málaga
El campeón, contra los poderes del Málaga
Seamos sinceros: el partido está aligerado de morbo por los once goles que le ha marcado el Madrid al Málaga en sus dos últimos enfrentamientos (7-0 y 0-4). Si pudiéramos abstraernos de esa numérica contundencia (y no se puede), el duelo ofrecería todos los alicientes posibles, empezando por el contraste de banquillos, donde Pellegrini y Mourinho representan el pasado y el presente del Real Madrid o, dicho en términos más generales, dos modos de hacer y manejarse. La fortaleza económica del PetroMálaga y la presencia de exmadridistas como Van Nistelrooy completarían el cartel de una eliminatoria espléndida, cargada de símbolos y cuentas de pendientes, si fuera posible, y no lo es, abstraerse de la reciente estadística.
La primera evidencia es que el Real Madrid, en este caso, no tiene culpa de nada. Su ritmo es impecable y son muy pocos los rivales que le han arañado la chapa del tanque. Referidos a este emparejamiento, la decepción proviene del Málaga. Aunque su séptimo puesto sea una razonable coartada para quienes reclaman paciencia, lo cierto es que el equipo de Pellegrini todavía juega muy por debajo de las expectativas y del presupuesto (el jeque ya se ha gastado 135 millones en cromos). El resumen de sus problemas se sirve crudo: los fichajes no terminan de funcionar y la defensa se aproxima a la calamidad, con dos centrales atrapados por ese óxido corrosivo que los argentinos llaman viejazo.
Cuesta creer que un equipo con Cazorla o Isco, figura contrastada y estrella por consagrarse (ya le falta muy poco), pueda sufrir tantos problemas para generar fútbol y para convertirlo en gol. Pero es lo que hay. O lo que había hasta ayer. Sólo una radical transformación permitirá al Málaga salir con esperanzas del Bernabéu. La buena noticia es que los futbolistas con talento son más proclives a las transformaciones inesperadas. Y esto también vale para los 35 años de Van Nistelrooy.
Por lo que al Madrid respecta, la previsión es lo que llamaríamos un equipo mixto, con mezcla de titulares y suplentes. Partiendo de Casillas o Adán, se espera a Varane y se da por segura la presencia de Callejón, que sumará su cuarta titularidad seguida (cuatro goles en los últimos cinco encuentros, nueve en total). El canterano supersónico tiene el mejor promedio goleador de la plantilla, lo que ya es mucho decir: una diana cada 64 minutos.
Vuelta. Kaká e Higuaín serán otros jugadores con foco, siempre y cuando lo permita Cristiano. Si de natural ya resulta un jugador voraz, habría que recurrir a Carpanta para imaginar su hambre (de fútbol) después de unas plácidas vacaciones navideñas en las Maldivas y aledaños. Ramos, Carvalho (otro ancla con óxido) y Di María forman parte de las bajas ilustres. Consignado el fútbol, sólo falta recordar la telenovela. El Madrid consideró excesivo pagar 25 millones por Cazorla (el Málaga abonó 21) y trató de fichar a Van Nistelrooy el pasado invierno. En tiempos igual de pretéritos Mourinho rechazó la posibilidad de entrenar el Málaga y ayer mismo, en la Cope, le respondió el consejero malaguista José Carlos Pérez: "Aunque fuera el mejor y último entrenador del mundo jamás le ficharíamos". El último capítulo relaciona a Granero con el Málaga. Hermoso panorama, convendrán. Si no fuera, mencionado está, por la persistente y contumaz estadística.
La primera evidencia es que el Real Madrid, en este caso, no tiene culpa de nada. Su ritmo es impecable y son muy pocos los rivales que le han arañado la chapa del tanque. Referidos a este emparejamiento, la decepción proviene del Málaga. Aunque su séptimo puesto sea una razonable coartada para quienes reclaman paciencia, lo cierto es que el equipo de Pellegrini todavía juega muy por debajo de las expectativas y del presupuesto (el jeque ya se ha gastado 135 millones en cromos). El resumen de sus problemas se sirve crudo: los fichajes no terminan de funcionar y la defensa se aproxima a la calamidad, con dos centrales atrapados por ese óxido corrosivo que los argentinos llaman viejazo.
Cuesta creer que un equipo con Cazorla o Isco, figura contrastada y estrella por consagrarse (ya le falta muy poco), pueda sufrir tantos problemas para generar fútbol y para convertirlo en gol. Pero es lo que hay. O lo que había hasta ayer. Sólo una radical transformación permitirá al Málaga salir con esperanzas del Bernabéu. La buena noticia es que los futbolistas con talento son más proclives a las transformaciones inesperadas. Y esto también vale para los 35 años de Van Nistelrooy.
Por lo que al Madrid respecta, la previsión es lo que llamaríamos un equipo mixto, con mezcla de titulares y suplentes. Partiendo de Casillas o Adán, se espera a Varane y se da por segura la presencia de Callejón, que sumará su cuarta titularidad seguida (cuatro goles en los últimos cinco encuentros, nueve en total). El canterano supersónico tiene el mejor promedio goleador de la plantilla, lo que ya es mucho decir: una diana cada 64 minutos.
Vuelta. Kaká e Higuaín serán otros jugadores con foco, siempre y cuando lo permita Cristiano. Si de natural ya resulta un jugador voraz, habría que recurrir a Carpanta para imaginar su hambre (de fútbol) después de unas plácidas vacaciones navideñas en las Maldivas y aledaños. Ramos, Carvalho (otro ancla con óxido) y Di María forman parte de las bajas ilustres. Consignado el fútbol, sólo falta recordar la telenovela. El Madrid consideró excesivo pagar 25 millones por Cazorla (el Málaga abonó 21) y trató de fichar a Van Nistelrooy el pasado invierno. En tiempos igual de pretéritos Mourinho rechazó la posibilidad de entrenar el Málaga y ayer mismo, en la Cope, le respondió el consejero malaguista José Carlos Pérez: "Aunque fuera el mejor y último entrenador del mundo jamás le ficharíamos". El último capítulo relaciona a Granero con el Málaga. Hermoso panorama, convendrán. Si no fuera, mencionado está, por la persistente y contumaz estadística.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)