miércoles, 8 de febrero de 2012

A la final por la puerta grande

A la final por la puerta grandeEl Athletic quiere esta Copa para sus vitrinas. Cada partido que pasa demuestra estar más capacitado para ganar un título. 27 años después de sacar la última gabarra, Marcelo Bielsa ha construido un equipo temible, que juega con gusto al fútbol y presiona sin desmayo. Anoche se cenó al matagigantes de la competición, el sobresaliente Mirandés, en un cuarto de hora. Dirán que fue un abuso, que la diferencia era enorme. Lo que quieran. Pregunten a Racing, Villarreal o Espanyol cómo se las gastaron los de Pouso. Han sido los campeones morales de esta Copa, pero el Athletic quiere la de verdad. Ni San Mamés ni Bilbao celebraron el éxito como hace tres años ante el Sevilla, lo de anoche era obligación.
La intriga duró diez minutos. Los burgaleses habían sorprendido con un plan que ya otros han probado, dejar vía libre a la salida de balón de Amorebieta. La movilidad de los leones les destrozó. Muniain, que empezó como un tiro, cazó un centro de Herrera y batió a Nauzet.
Sin tiempo para reaccionar, cayó el segundo, en una jugada de tiralíneas que terminó con tacón en el área grande del lateral derecho, Iraola, y zurdazo de Susaeta. Al cuarto de hora, la megafonía ya lanzaba el primero de seis avisos a los aficionados para que no invadiesen el campo al final del encuentro. Todo un síntoma.
Sin rendirse. El mazazo definitivo llegó en el minuto 22, con un cabezazo de Aurtenetxe. Quedaba un mundo al Mirandés, pero no bajó los brazos y avisó en acción de Infante. El Athletic no quiso hacer sangre, guardó fuerzas y esquivó a Undiano para llegar limpio a la final. Por ahí se coló Aitor Blanco para hacer el 3-1, con Bielsa enfadado. Y Muneta rozó el 3-2. Pero Llorente se marcó un golazo de vaselina y otro de ariete puro para festejar la fiesta. Los dos equipos salieron por la puerta grande.